“Se sabe que la intercesión de San Benito tiene poder y nuestra fe puede liberar este poder. La medalla es un recordatorio de que estamos protegidos por el poder de Cristo”.

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MEDALLÓN DE SAN BENITO

La medalla es una de las medallas más antiguas y honradas utilizadas por los cristianos y, debido a la creencia en su poder contra el mal, también se la conoce

como la “medalla que persigue al diablo”. Ya en el siglo XI, es posible que inicialmente tuviera la forma de la cruz de San Benito y fue utilizada por el

Papa León IX. El reverso de la medalla lleva la fórmula Vade retro satana (“¡Vete, Satanás!”) que los cristianos han utilizado

para protegerse del mal desde el siglo XV. A veces llevado como parte del rosario, también se encuentra individualmente.

A los católicos no se les permite realizar exorcismos, pero pueden usar la Medalla de San Benito, el agua bendita, el crucifijo y otros sacramentales para alejar el mal. Se cree que la Medalla de San Benito en medio de una Cruz Celta es una poderosa herramienta contra las malas influencias.

Esta medalla se usa de muchas maneras: en una cadena alrededor del cuello, atada al rosario, guardada en el bolsillo o en la cartera, colocada en el automóvil o en la casa, colocada en los cimientos de un edificio, colocada en el centro de una cruz.

Cada vez que use la Medalla de San Benito o la Medalla-Cruz para estos fines particulares, la tradición invita a decir cinco Gloria Patri a Jesús Pasión, tres Avemarías a la Santísima Virgen María y un Padrenuestro a San Benito. Para entrar más profundamente en el espíritu de devoción, es recomendable decir estas oraciones todos los días.